Quién era el amante de la oscuridad?...
Eran las casi 3:00 am y no
podía dormir…
Daba vueltas en mi cama y
trataba de conciliar el sueño, más mi pensamiento indagaba en el mundo, según
yo tratando de cambiarlo por un futuro promisorio; pero no, definitivamente no
era mi noche de descanso.
Me fastidiaba la cobija, me
empezaba a dar calor y los mosquitos revoloteaban en mi oído como pista de
aterrizaje. Y de tanto buscar que mi espíritu que descansara, empecé a sentir
que por fin mi cuerpo se rinde a los brazos de Morfeo; pero no del todo.
Cuando por fin sentí que me adormecía,
vi que entraba a mi cuarto una silueta de hombre, oscura aunque algo familiar, no
preste mucha atención pues creí que estaba dormida ya, pero no, me estaba
engañando; esa sombra era real y ya estaba al lado de mi cama…
… Entonces, ¡sentí que me
levantó en sus brazos! Y me vi en lo alto, no sentí miedo, me sentía segura y
no entiendo porque se me hizo tan familiar esta silueta si ni siquiera le podía
ver. Me abrazó muy fuerte como si quisiera hacerme sentir que no estaba sola;
se sentó al lado de mi cama y me puso sobre sus piernas, como si fuera una bebé
que necesita sentir un arrullo.
Seguía pensando que ya
estaba dormida, pues estás cosas solo pueden suceder en un sueño- creía yo- y
entonces, esa silueta comienza a tocar mi rostro, me acaricia los cabellos con
una sutileza, como palpando mi rostro sintiendo que me tocaba y no lo tocaba.
Me dijo: ‘’No tengas miedo,
tú sabes quién soy’’ –hasta la voz me recuerda a alguien pero aún sigo echándole
cabeza de quien podría ser- lo increíble de esto es que yo también lo podía palpar,
sentir su respiración en mi rostro pero yo no podía ver el suyo, ni siquiera
sus ojos; yo me quedé extasiada tratando de entender que estaba pasando.
Entonces, tomó mi cabeza en
sus manos, y la acercó a la suya dándome un beso, sentí la tibieza de sus
labios, la humedad de su aliento, él empezó a acariciarme y con ternura bajo
por mi cuello e hizo estremecer mi cuerpo; un corrientazo de la punta del dedo
gordo hasta la punta de mis cabellos…
… En esos momentos, trate de
abrir mejor mis ojos y… ¡oh sorpresa! ¡Estaba en la posición donde la silueta
me tenía! ¡¡¡Realmente no fue un sueño, fue real!!! Mire a mi alrededor y no
había nadie, ni siquiera se escuchaba los gatos que mantienen en el tejado, y
un silencio frío me enmudeció…
Estuve un rato quieta
intentando entender que había acabado de suceder, me encontré en una batalla
entre mis sentidos y mi razón, pero ¿cómo era posible?. Luego volví a acostarme
como usualmente lo hago y solo hasta la madrugada pude quedarme serena y
dormida; aún tengo la sensación de aquella silueta que me visitó esa noche… aún
sigo pensando en ella.

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