Una experiencia que cambia vidas... LIDIANDO CON EL ‘COCO’…
El constante mareo me
desespera, no puedo ni siquiera hacer cosas básicas como el caminar para ir al
baño sin desplomarme, una especie de transición que va y viene, lentamente todo
te da vueltas… y empieza de nuevo.
Me estoy comenzando a
exasperar…quizás el hecho de no poderme mover como antes, de hacer las cosas
que hacía, de estar como zumbambica por todo lado, siento que me cortaron las
alas… aún así no me quiero rendir, quiero luchar hasta el último momento.
Saben, la soledad se
convierte en el pan de cada día, en estos momentos te das cuenta quien
realmente te valora y te ama, quien está dispuesto a darte ánimos y luchar
contigo y con esto no quiero decir que uno no ponga de su parte; al contrario,
esa energía extra es lo que alienta el alma.
Y… ¿Qué se siente vivir con ello?, alguna vez te has puesto en el lugar del otro…
En la vida nos enfrentamos a
diversas situaciones que nos estresan, nos ponen con los pelos de punta, nos
entristecen y algunas veces, nos roban unas malas palabras. Sin embargo, son
pequeñas al sobrellevar una lucha por vivir, dejando de lado apegos, amores,
sentimientos y otras cosas; que al final pasan a un segundo lado y prima el
hecho de poder respirar.
No sé ni que escribir, me
frustra, escribir no debería ser un castigo, o una terapia para sobrellevar la
enfermedad… es paradójico porque, es lo que amo, para eso me
preparé, pero sinceramente tengo la mente en blanco, nada me fluye...
Y una voz en mi interior dice: 'Qué sentido tiene estar vivo cuando se quiere estar dormido'...
se me eriza la piel, respiro profundamente, elevo una plegaria a Dios y trato de sobrellevar este momento turbio que trata de robarse mi sonrisa; pero no se lo voy a permitir... ¡aún respiro!
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