OPINIÓN ... CONGELADA Y PÁLIDA… ¿ASÍ ES BOGOTÁ?
POR DIANA LUCÍA
BENÍTEZ ÁVILA
Que el clima frío te hace partir
los labios… que subirse a TransMilenio es como entrar en una dimensión
desconocida… Que las personas ‘cachacas’ miran por encima del hombro a los que
no son de allí… en fin, se tejen muchos mitos frente a una realidad cosmopolita
que alberga a millones de personas. Bogotá tiene tanta gente ocupada en
infinidad de trabajos que aún en las noches permanece despierta, le llaman: la
ciudad que no duerme.
Bogotá es la ciudad de las
arquitecturas, pues a diferencia de otros lugares la identidad arquitectónica está
compuesta de múltiples identidades, nada más mirar a chapinero, a ese pequeño
Londres del altiplano cundiboyacense. Estatuas y monumentos hay por doquier, la
mayoría de sus pedestales están llenos de grafitis, y cómo si fuera poco puedes
encontrarte uno que otro gringo o europeo con su cámara Nikon, y por supuesto
que no fotografía el memorial de la estatua, sino una pequeña frase que dice:
País de mierda.
Se puede seguir dando vueltas por la Bogotá, moderna, por la
republicana, por la colonial, en todos partes es inevitable que te encuentres
colombianos, si, suena paradójico, antes en Bogotá vivían los rolos, rolos,
ahora si realmente se llama Colombia.
Es de admirar encontrar por donde
vayas infinidad de espacios donde se da rienda suelta a la creatividad, las
artes, obras espectaculares como la de Omar rayo en el edificio del Sena sobre
la avenida Caracas. Hay otra más llamativa aun, es la mano de obra, la que
continúan construyendo esta ciudad. Infinidad de edificios y avenidas, es en la
mayoría de los casos las manos campesinas de nuestra gente que se vino
huyéndole a la guerra y que cada tarde al caer el sol quieren huir desde la
lejanía de sus trabajos al calor de sus hogares, allá a la partes más distantes
donde han logrado en suerte conseguirse un ranchito.
Sin embargo, algunos afirman que
el frío influye en sus relaciones humanas, tanto como para aseverar que sus
pobladores son elitistas o excluyentes; cosa que no es del todo cierto. Ya que
al ser reservados muestran una naturaleza neutra, más no se debe desconocer el
gran valor de su hospitalidad y familiaridad cuando se entra en confianza.
Cómo en toda parte, hay desavenencias
que hacen a algunos de sus pobladores sentirse inseguros, inconformes con los
planes de gobierno que se han venido desarrollando, pobreza y desplazamiento en
donde se han situado principalmente en el sur de la ciudad, según la
consultoría para los derechos humanos (CODHES) en el período de 1999-2005
llegaron a Bogotá más de 260.000 personas, un 3.8% del total de su población.
Respecto a la movilidad cuenta
con diversas formas de transporte como ‘Trasmilenio’, transporte privado,
bicicleta, transporte interurbano, aéreo y el famoso ‘Metro’ que aunque ha
estado en debates aún no se ha podido consolidar el proyecto de construcción
por aplazamientos, y donde se espera se empiece a construir el próximo año
cuando finalicen los estudios previos y las licitaciones.
Por otra parte, la actividad
literaria es tan extensa que en el año 2007 la Unesco la declaró como Capital
mundial del libro, museos, bibliotecas, espacios abiertos a la lectura hacen parte
de la cotidianidad capitalina. Si eres un aficionado a las letras
definitivamente esté es tu lugar, un espacio donde tu imaginación no tiene fin
y donde se puede vivir haciendo arte.
Y… ¡qué me dicen de su gastronomía! Pues bien,
no puedes quedarte con las ganas de probar un ajiaco santafereño, deleitarte
con un canelazo y descubrir el sabor de una buena chicha. Esto entre tantas
cosas que puedes encontrar para disfrutar de los antojos que tanto nos gustan
como un postre de natas, brevas con arequipe, definitivamente no hay excusa
para no salir con la barriga llena y el corazón contento.
En fin, puedo continuar
hablándoles de los hermosa y maravillosa que es esté lugar, pero prefiero
extenderles la invitación a conocerla, a sacar de nuestra conciencia juicios
innecesarios, a animarse a enfrentar su temperatura (especialmente los que
somos de tierra caliente) y sobre todo a abrir nuestro pensamiento a las
bondades y beneficios que nos ofrece la capital.
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