PARA REFLEXIONAR
POR DIANA LUCIA BENÍTEZ
diluc1985@gmail.com
OPINIÓN...
Me pongo a pensar en muchas
cosas todo el tiempo, pero siempre hay algo que sobresale y alguna situación
que marca algún momento de vida de varias formas. Con 30 años puedo afirmar que
me he experimentado la felicidad llena; pero también he sentido la desilusión
que arranca la paz y te deja como muerto en vida.
Tratando de entender y
comprender el actuar de algunos, donde el yo-ismo y el egoísmo parecen el pilar
que los mueve, donde se pretende seguir en tiempos de esclavitud en estos
tiempos, se creen con derecho a mandar, dirigir, ordenar sobre la vida de los demás
sin tener respeto alguno. Es más triste cuando te das cuenta que has perdido el
tiempo con personas que nunca valoraron lo que hiciste por ellas; y solo te queda
el consuelo de: ‘’es él/ella que se lo pierde’’.
¿Por qué pensamos que las
cosas giran alrededor nuestro y nos olvidamos de los demás? ¿Será que crecer
con valores está mandado a recoger y estoy pasada de moda? La verdad ya ni sé
que pensar y tampoco puedo generalizar. Veo una sociedad impulsiva y sin
respeto donde el bueno sale crucificado al no ceder a las presiones e intereses
de otros; tristeza se siente cuando alzas tu voz para ser escuchada y recibes
una patada en el trasero.
Algunos se preguntan sobre
él que se puede hacer y es cuando un nudo se me atranca en la garganta,
pensando si realmente se está consciente de lo que se dice o somos loros
repitiendo lo que se escucha. Se necesita algo más que una simple palabra,
parece aburrido pero; a veces nos
jactamos de tantas cosas y en el hecho nos quedamos cortos, me pregunto: ¿Qué
sentido tiene si no hay coherencia?
Sé que esto no soluciona los
problemas del mundo, pero si puedo conseguir que en unos minutos de tu tiempo
logres salir de tu ‘mundo’ y, te arriesgues a pensar en cómo ser mejor persona
y ayudar a los demás; ya es un aliciente para seguir creando conciencia.
Arriesguemos a dejar una
buena semilla en este pasar, que no sea demasiado tarde para haber actuado. Después
no estemos sentados llorando al no valorar; y más cuando pudimos hacer algo.
Cómo dice el dicho: ‘’Nadie
sabe lo que tiene, hasta que lo pierde’’… y que cierto es.
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