Inculturación

LA IMPORTANCIA DE LA PASTORAL AFRO EN LA IGLESIA CATÓLICA


Por  Diana Lucía Benítez Ávila
Comunicaciones- Pastoral Afro

Dentro de la Iglesia Católica, se habla de la pastoral como la acción evangelizadora de la Iglesia. Esta acción evangelizadora que llamamos pastoral empieza a tomar rostro propio de acuerdo con las necesidades de cada rebaño. Es por eso que ella empieza a denominarse desde las especificidades de cada rebaño.

La Iglesia Católica ha optado por la pastoral afro como respuesta a la necesidad de hacer un acompañamiento especializado según la particularidad de éste rebaño acompañando el camino de fe de las comunidades eclesiales con rostro negro. En este sentido, si por un lado, la iglesia ha estado en medio de los hombres y mujeres negras desde su llegada como esclavizado y esclavizada a América, por el otro, no siempre ha sostenido a las Comunidades Tradicionales Negras en su proyecto de libertad, dignidad, tierras, autonomía y participación.

En la Iglesia brotaron no sólo gestos de solidaridad humana, sino también han engendrado auténticos defensores de los esclavos e inquebrantables luchadores contra el sistema, como es el caso de los Padres Jesuitas.
En el siglo XIX el Papa Gregorio XVI con la bula ‘In Supremis’ (1839), en consonancia con algunos de sus ilustres predecesores, condenó toda forma de esclavitud.

En el siglo XX continuó la lucha de los cristianos y de la jerarquía contra toda forma de esclavitud, lastra de la cual todavía no se ha liberado completamente la humanidad
La pastoral afro se inserta en esta corriente de lucha por la vida, es heredera de los laicos, religiosos, religiosas, sacerdotes, obispos y papas que fieles al evangelio, se han solidarizados con los últimos, los más abandonados e indefensos.

La Iglesia hoy pone en práctica las palabras de Cristo: tenía hambre y me disteis de comer, estaba en la cárcel y me visitasteis…En verdad os digo que cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos pequeñuelos a Mi me lo hicisteis” (Mateo 25,31-46).

El Vaticano II (1964) abrió puertas y ventanas de la Iglesia y entre otros afirmó los derechos humanos, valoró las culturas y la religiosidad, y las religiones de los pueblo. Además instó a la inculturación del Evangelio y fomentó la creatividad en la acción evangelizadora de los cristianos.

En todo este proceso, el elemento cultural juega un papel muy importante, para promover la pastoral afro, es fundamental conocer su cultura la cual tiene mucho que ver con la fe que profesa cada uno de estos pueblos.
Entendemos que la cultura abarca toda la actividad de la humanidad, su historia, su inteligencia, su afectividad, su búsqueda de sentido, su relación con la naturaleza, sus costumbres, su visión ante la vida y la muerte, sus recursos éticos y ante todo la búsqueda del ser supremo, el corazón de cada cultura está constituido por su acercamiento al más grande de los misterios: ’’ misterio de Dios.”

El acercamiento a la cultura del pueblo es una puerta segura para captar su espiritualidad, La pastoral afro nos exige entonces no solamente tratar los temas de interés afro sino ir más allá y vivir afro. Alabar a Dios al son de los tambores, de las guasas, maracas y la marimba. En otras palabras dejarnos hablar por la voz de Dios encarnada en cada una de estas vivencias que en muchas ocasiones nos tienen mucho que decir.

Por eso Aparecida propone que en su misión evangelizadora la Iglesia promueva la inculturación o “el diálogo entre cultura negra y fe cristiana y sus luchas por la justicia social”, escuchando el reclamo “a ser tomados en cuenta en la catolicidad  con su cosmovisión, sus valores y sus identidades particular” (A 91) y la liberación integral.
La Pastoral Afro entonces es un campo que quiere integrar, traer a flote la riqueza de una cultura al servicio del Evangelio. Es una pastoral que se aplica a las situaciones concretas. Tiene como desafío descubrir que de la misma manera que no es posible separar la cultura de la fe, tampoco se puede separar la cultura del pueblo.

Trabajar desde la cultura afro significa dejarse atravesar por su realidad, obrar desde la conciencia afro y hacerse partícipe en su búsqueda de Dios a través del respecto a sus derechos, la justicia y equidad entre todos como hijos e hijas de Dios.

En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres; la luz brilló en las tinieblas, y las tinieblas no la comprendieron (Juan 1, 1-5).”

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