IMPORTANTE...
El Papel de la Mujer
en Latinoamérica
Construir un modelo de desarrollo que
esté basado en la igualdad entre hombres y mujeres, en la erradicación de toda
forma de discriminación es el objetivo de las voces que claman al mundo por ser
escuchadas; Sin embargo, ¿cómo promover la participación paritaria de las
mujeres?
Diana Lucía Benítez
Ávila
Alcanzar la igualdad para mujeres no
sólo es una cuestión de justicia y de respeto de los derechos humanos
fundamentales, sino que la experiencia demuestra que aquellos ámbitos en los
que se avanza más hacia una paridad real, tienden a presentar mejores
resultados.
A pesar de la masiva incorporación
femenina a la fuerza de trabajo en las últimas décadas en el continente,
persisten las brechas de género y el trabajo precario sigue siendo
principalmente femenino.
Lo crucial de la situación es que no
puede limitarse a la reducción de la pobreza, sino que debe verse como un proceso
integral, que abarque tanto el ámbito productivo como el reproductivo.
Esto implica, cambiar los actuales
patrones de producción y consumo, insostenibles ambientalmente, y asumir
colectivamente cuestiones como el trabajo no remunerado y la economía del
cuidado, que hoy recaen mayoritariamente sobre las mujeres lo que afecta su
desarrollo.
DATOS Y CIFRAS
De acuerdo con datos del Observatorio
de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) de la Cepal, en
ningún país de América Latina las mujeres están en situación de igualdad con
los hombres en cuanto a participación económica. Todavía 5 de cada 10 mujeres
están fuera del mercado laboral, y el desempleo femenino es dos puntos
porcentuales más alto que el masculino (7,8% versus 5,9%).
Según datos del OIG, seis países
latinoamericanos y caribeños estarán gobernados por mujeres en 2014: Argentina
(Cristina Fernández), Brasil (Dilma Rousseff), Chile (Michelle Bachelet), Costa
Rica (Laura Chinchilla), Jamaica (Portia Simpson) y Trinidad y Tabago (Kamla
Persad- Bissessar).
Sin embargo, las parlamentarias, las
ministras del máximo tribunal de Justicia y las ministras de los gabinetes
presidenciales no superan el por 26 por ciento en la región. En las concejalías
municipales alcanzan 25,6 por ciento y en las alcaldías apenas el 11,7 por
ciento.
Por otra parte, trece países de
América Latina y el Caribe tenían leyes de cuotas implementadas hasta 2012. En
2013, El Salvador se sumó a este grupo, lo que muestra que aún hay un número
importante de países que no han adoptado
medidas para mejorar la participación de las mujeres en los cargos de elección
popular.
EN DESARROLLO
Se sigue trabajando en la promoción y
la Igualdad entre los Géneros y la Autonomía de la Mujer, según la Directora
Ejecutiva de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el
Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), Phumzile Mlambo-Ngucka: ‘’ Es hora
de trabajar
más intensamente por la igualdad de género, junto con mujeres, hombres, jóvenes
y líderes de naciones, comunidades, religiones y empresas pues, sabiendo que el
empoderamiento de las mujeres y las niñas y el apoyo a su plena participación
pueden resolver los retos más importantes del siglo XXI, encontraremos
soluciones duraderas a muchos de los problemas que tiene el mundo actualmente’’.
Más niñas en la historia tienen acceso a una educación primaria básica
en comparación con años atrás, más mujeres pueden formar parte de los sistemas
de representación política de sus países, más mujeres gozan de una mejor
atención sanitaria, entre otras.
EN COLOMBIA
El compromiso es seguir trabajando por la
igualdad, transformando las herramientas del Estado colombiano, la sociedad
civil, la academia, el sector privado y con otros actores de la cooperación
internacional en conseguir un siglo XXI más próspero para las mujeres y niñas
de este país.
Por otra parte, se tiene el firme
propósito de ocupar los diferentes desafíos como:
Se ha tenido un incremento de mujeres electas
para el Congreso, aunque la participación de mujeres sigue siendo muy baja.
El porcentaje de candidatas a
elección de gobernaciones ha aumentado de 6% a 11% y de 7% a 16% en elecciones para Congreso en
los últimos 20 años.
En Colombia las mujeres representan
el 51% de la población colombiana pero en promedio solo alcanzan un 12% de los
cargos de elección popular.
Con 10 años de escolarización (frente
a 9,2 en los hombres), las mujeres tienen cada vez más años promedios de
escolaridad pero tienen dificultades para vincularse al mercado laboral.
La brecha en la tasa de participación
femenina en el mercado laboral es del 20.1% (54.2% para mujeres vs. 74.3% para
hombres).
Actualmente existe una brecha del 6% en
la tasa de desempleo (13% de desempleo en las mujeres frente a un 7% de
desempleo en los hombres).
La brecha en los ingresos laborales
mensuales promedio es del 20%: Las colombianas trabajan 10.8 horas más que los
hombres (trabajo remunerado y no remunerado). Sin embargo, las mujeres ganan en
promedio 20% menos que los hombres cuando desempeñan la misma actividad.
La proporción de mujeres trabajadoras
en el sector laboral informal es mayor que en el mercado regulado.
A pesar de la no denuncia de hechos
violentos, el país tiene altas tasas de violencia contra las mujeres, el país ha experimentado
un incremento de las tasas de violencia
intrafamiliar contra las mujeres en los
últimos años; esto puede obedecer a que han
aumentado las campañas y han mejorado las rutas de denuncias de violencia intrafamiliar.
Si bien existe un importante
sub-registro de los casos reportados de violencia sexual asociada al conflicto,
el Estado colombiano ha reconocido que la violencia sexual contra la mujer es
una práctica habitual, extendida, sistemática e invisible en el contexto del
conflicto armado colombiano, así como lo son la explotación y el abuso
sexuales, por parte de todos los grupos armados ilegales enfrentados, y en
algunos casos aislados, por parte de agentes individuales de la Fuerza Pública.
Dentro del contexto colombiano, es
muy importante resaltar el efecto que los más de 50 años de conflicto armado
han tenido sobre la sociedad y sobre las mujeres. Éstas han representado el
grupo más victimizado por el conflicto – siendo un 46.8% de los casos de
desaparición forzada, el 47% de los casos de homicidios contra persona
protegida, el 51% de las personas reconocidas como desplazadas internas y un
85% de las víctimas de crímenes contra la libertad e integridad sexual.
Del mismo modo, un alto porcentaje de niñas
han sido reclutadas de manera forzada por parte de distintos grupos armados
ilegales en el conflicto.
No obstante, las mujeres se han
perfilado como importantes actoras de paz, y cuya activa participación será
indispensable en la construcción de una paz estable y duradera en el país.
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